Al llevar un proceso de mudanza, tendrás especial cuidado con ciertos objetos, que no siempre serán los más valiosos, económicamente hablando. Entre los objetos valiosos destacan aquellos que son receptores de nuestros afectos.
Consideración especial se tiene cuando debemos trasladarnos en nuestra mudanza con seres queridos vulnerables, como son nuestros abuelos o parientes de edad avanzada.
Una mudanza, que incluye el traslado de ancianos, es considerada una travesía crítica, con independencia de que se haga a nivel local, o fuera de la región o país.
Nuestros mayores
La expectativa de vida cada vez es mayor, y sin importar la salud que estas personas mantengan, hay un hecho cierto, y es que se hacen cada vez más dependientes.
En la búsqueda de mejor desplazamiento e independencia, se busca que las personas de edad avanzada sean trasladadas a hogares más seguros, y de tamaño reducido.
Podría tratarse de incluirlo en el grupo familiar de los hijos u otros familiares, o que se les proporcione una vivienda de más fácil recorrido, sin escaleras ni zonas que representen riesgo o mayor esfuerzo.
Introducir la idea del cambio de vivienda, suele ser un tema delicado. Las personas mayores mantienen un vínculo con sus enseres y espacios.
El recuerdo de cómo adquirieron la vivienda, el haber disfrutado del crecimiento de los hijos, y pasar la vida allí, son razones para aferrarse a su actual vivienda.
Debe acudirse al razonamiento y explicación de las ventajas, de que permanezcan en un espacio más seguro, con condiciones y estancias más fáciles de mantener, dándoles independencia.
Hacerlos participar en la selección de la vivienda a donde serán trasladados, y que puedan escoger la zona o el tamaño de la edificación adónde irá, es una buena estrategia.
Si se les participa con anticipación, se atenúa el efecto del desapego que tendrán, causando el menor impacto negativo posible.
Es preciso incluir a todos los familiares en el proceso de explicarle las ventajas, necesidades y procesos de la mudanza para que no sienta la insistencia de una sola persona, y termine haciendo resistencia.
¿Cómo hacerlo más fácil?
Aunque sabemos que encontraremos alguna oposición al hecho de mudarse, tenemos ciertas estrategias para acercarlos a la idea paso a paso.
Es esencial que se le ponga en contacto, y pueda ver, de manera adelantada, el sitio a donde se mudara. Llevarlo de paseo para que se familiarice con el entorno, los parques, los comercios y la propia vivienda.
Darles un recorrido por la que será su habitación, y mostrar ideas de cómo puede decorarse, para que imagine el cambio.
Este acercamiento hará menos brusco el cambio, y le aportará confianza y serenidad.
Lo que me llevo
Otra tarea delicada constituye el momento de decidir que se lleva y que debe descartarse, ya sea por razones de espacio, o por no tener utilidad en el nuevo hogar.
Una manera de que este proceso sea más tolerado, es proponerle que regale algunas de esas cosas, para que sienta que su utilidad sigue en las manos de otro ser querido y cercano.
Si luego de regalar, todavía existen algunas piezas de las que el anciano resiste desprenderse, y no caben en la nueva vivienda, se puede contratar el servicio de guardamuebles, y otorgar así un plazo para decidir lo que se hará con esas cosas.
Llegó el día
Luego de mucha planificación, y embalaje cuidadoso de sus cosas, con la colaboración de nuestro familiar de edad avanzada, llega el día definitivo en que se dejará la vivienda de años, para trasladarse a un nuevo hogar.
No olvidemos, que aunque hayamos cumplido con el proceso de preparación, este día sigue siendo muy duro para ellos.
Interroga con anticipación al abuelo, para saber si él desea estar presente el día efectivo de la mudanza, o prefiere esperar en el nuevo hogar a que lleguen sus cosas.
Con independencia de la decisión que tome, es muy acertado que cuente con el apoyo moral de un ser querido. Si decide participar e ir con su mudanza, asegúrense que un familiar vaya con él.
De manera similar, si prefiere esperar en la vivienda, dispongan un tiempo para esperar a su lado, e ir disponiendo algunos detalles decorativos, y funcionales, para que el abuelo esté siempre con un soporte emocional.
Desapegarse del hogar en donde estuvo por largos años, puede ser difícil, pero si se toman las medidas pertinentes, lo haremos más cercano, dándole la oportunidad de empezar a apreciar su nuevo entorno.
Lo más importante en este proceso, es que nuestros abuelos se sientan acompañados por sus seres cercanos.