Una vez que llega el instante de cambiar de vivienda, llegan además los quebraderos de cabeza y el estrés. Aquí los errores más frecuentes que cometemos en plena mudanza. No lo hagas.
Una mudanza suele ser fundamento de alegría, empero además de pasar una semana viviendo entre cajas de cartón y la vivienda hecha un desastre.
Lo más relevante es ser previsor, sin embargo más allá de aquel componente determinante y del asunto económico, hay ciertos errores que todos solemos cometer. Enumeramos ciertos de ellos para que, si estás pensando cambiarte de vivienda, no los cometas.
Creer que tú solo puedes realizarlo todo
Que sí, todos poseemos amigos y parientes dispuestos a ayudarnos, sin embargo la mayoría lo dice con la boca pequeña. No les hagas padecer.
El dinero invertido en una compañía de mudanzas es el mejor gastado de todo el mundo. Asegúrate de que posean seguro en caso de infortunio, rotura o pérdida de las pertenencias y deja que los expertos se encarguen del trabajo duro.
Te recomendamos 2 variantes económicas a la compañía clásica de mudanzas.
Escoger muebles que no se mueven contigo
A partir de la generación millennial, cada vez somos más variables referente a la residencia usual. Lo de desplazarse de una vivienda a otra cada 2 o 3 años es cada vez más regular.
Por dicha razón te animamos a escoger muebles sencillos de mover y versátiles, que logren ajustarse a cualquier tipo de espacio.
A medida que hasta ahora el placer estaba basado en comprar, en tener o en coleccionar y en tener en que algo perdure en el tiempo, hace tiempo que esa hipótesis cambió.
El mundo del diseño y del mobiliario no fue impropio a esta revolución. De esta forma, han surgido partes que responden a las necesidades de una generación que requiere inmediatez, mutabilidad y que cada vez es más nómada.
Querer llevártelo todo
Una mudanza es el instante perfecto para deshacernos de cosas que por el momento no usamos.
, todos poseemos un corazoncito y hay cosas a las que nos cuesta decir adiós, por mucho que sepamos que se convirtió en un trasto que guardas en un cajón a lo largo de años. Sigue las reglas del minimalismo y de Marie Kondo y despréndete, es el instante.
De mudanza en mudanza cargamos con objetos innecesarios frecuentemente abultados y casi continuamente feísimos a los que es urgente ofrecer salida. ¡Ahora o nunca!
No rememorar a quien has dejado tus llaves
Recuerdas si le prestaste un juego de llaves al pintor que renovó el color de tu salón o a la señora de el aseo que la puso a punto.
Repasa detenidamente quién podría tener réplica de tus llaves (inmobiliaria, portero, anteriores inquilinos…), recupéralas y si no son de tu absoluta confianza, cambia el bombín de la cerradura. Es una cuestión de seguridad elemental.
Dejar lo de la correspondencia para el último instante
¿Quieres que los nuevos inquilinos de la vivienda que dejes sepan al dedillo tus cuentas y se encuentren al tanto de tu correspondencia? A partir del instante en que sepas cuál será tu siguiente casa comienza a comunicar los nuevos datos cada vez que te llegue una carta a la casa que vas a cambiar. Será más complejo acordarse luego de todos los servicios que se comunican contigo por vía postal).