Manteniéndote sin estrés durante la mudanza

Manteniéndote sin estrés durante la mudanza

Mudarse y caer en estrés son dos cosas que por lo general van juntas. Es que mudarse es una actividad conlleva tantas acciones diferentes, que de manera muy fácil podemos sentirnos abrumados.

Por supuesto que algunas mudanzas pueden causar más angustias que otras. Cuando mudarnos no ha sido una decisión propia, sino consecuencia de alguna circunstancia, como un divorcio, puede resultar que nos cueste más.

Por el contrario, mudarnos de una ciudad a otra para emprender una nueva carrera, o para mejorar las condiciones en el lugar a donde llegaremos, puede ser más causa de emoción que de angustias y estrés.

Se concluye, entonces, que la actitud con la cual asumimos la experiencia de mudarnos, va a ser la causa de tener estrés durante la misma.

Otra circunstancia que puede causar estrés en una mudanza, es asumirla de manera desorganizada, ya que cada evento que realices impactará en los demás, y si no los llevas con cierta organización, será muy difícil que transcurra sin sobresaltos.

Dicho esto, pasemos a darte algunas orientaciones, que te aseguren que tu mudanza se lleve a cabo con normalidad y sin causar angustias ni preocupaciones.

De esta forma, te daremos un enfoque de cómo llevar la mudanza con calma, que puede causar cierta tensión, pero la cual podrás manejar sin mayores angustias. 

La realización de cierta planificación, te permitirá llevar todo por pasos, y así reducir la tensión que pueda generarse.

 

Organiza el tiempo

Organiza y planifica desde el comienzo cada una de las actividades que realizamos, e inicia, siempre que sea posible, con suficiente tiempo de anticipación. Contrata los servicios de transporte que utilizarás, compra los materiales para embalar, y realiza los contactos en las compañías de servicio para el nuevo inmueble con calma, para que selecciones lo mejor y no te encuentres con trabas de última hora.

Si vas a contar con la ayuda de familiares o amigos, realiza planificación tomando en cuenta su disponibilidad en horas o días, para poder realizar todo, sin perjudicar las actividades de cada uno.

 

Ordena los espacios

Llevarte tus cosas del viejo inmueble al nuevo, equivale meter un hogar dentro del otro. Piensa en que debes medir los muebles, calcular la cantidad de ellos que caben en la nueva casa

Si alguno de estos cálculos impiden que sean funcionales, es la hora de deshacerte de los que no quepan, o comprar otros que rellenen los espacios, si es que el inmueble nuevo es más grande.

Cuando el espacio es más pequeño, suele preocupar un poco más, ya que implica dejar cosas o cambiarlas, con el desapego emocional, y los gastos que esto pueda causar.

Asume esta situación, como la oportunidad de limpiar y cambiar todo aquello que ya no usa, pudiendo incluso donarlos para que otra persona les saque provecho, 

Recuerda que lo que es viejo para ti, para otro puede resultar la solución que necesitaba. En muchas ocasiones conservamos las cosas, sin darles ningún uso.

 

Empaquetar y trasladar

Una vez que te ha quedado claro las cosas que si te llevaras, y te has desprendido de lo que ya no quieres llevarte, es el momento de comenzar a embalar en cajas, bolsas, con papel de burbujas, separadores y todo lo que sea necesario según el material, fragilidad y condición de cada objeto o mueble.

Necesitarás cajas de diversos tamaños, cinta para embalar, bolsas, láminas de cartón o cartulina.

Acostumbra colocar nombres de las cosas que están contenidas en cada paquete, para que al trasladarlas, quede claro a cuál habitación se debe llevar, una vez que estén en la nueva dirección.

Acomodar todo en el camión, por lo general es tarea del conductor del vehículo, pero si es un colaborador sin experiencia, hay algunas cosas que conviene saber.

Las cosas más pesadas y firmes deben entrar primero al camión, y servir de base para las más frágiles.

Debe mantenerse todo bien firme, para evitar deslizamiento de las cajas y objetos, una vez inicie movimiento el vehículo.

Al llegar al nuevo inmueble, se debe colocar cada caja, mueble o bolsa, en la habitación respectiva, para luego proceder a desempacar y ubicar cada cosa en el lugar en donde serán usados.

Una vez tengas todos los muebles en el lugar ideal, con todos los artefactos eléctricos ya conectados, solo queda limpiar y decorar. Como puedes apreciar, si se planifica, y lleva la mudanza con pasos sucesivos y planificados, no habrá lugar para caer en estrés y desesperos. Inicia tu planificación y muévete sin angustias.

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